Que desalentador. Que impotencia. Que desesperación. Que frustrante. Cada día aumenta el paro, el paro se agota, ayudas que no cubren un mínimo de una familia, familias enteras en la calle, el déficit se dispara al igual que los impuestos,... Esto parece no tener fin.
Me miro al espejo y me veo ahí..sin hacer nada, lo poco (o no) que tengo lo guardo, me aferro a ello custodiándolo como si mi vida o la de mis seres queridos dependiera. No soy distinto a esos ricos que no invierten para poder seguir con su nivel de vida.
No hago nada. Solo espero. Y cuando busco lo hago pero sin mirar. Miro sin ver. Veo sin sentir..
Luego me vuelvo a preguntar que soy, que me distingue de los demás..no soy nada especial. Es la realidad.
Me siento confinado en una profesión o sector que no me gusta nada y para poder realizar mi pasión no tengo formación ni experiencia.
Que inalcanzable es aquello que quiero. Luego paso periodos, espacios de tiempo, al cabo del día, que me siento triunfador. Superior, capaz de todo..intentar vivir mi vida tal como quisiera.
Pero a la hora de la verdad me hundo, meto el rabo entre las piernas como cual perrito huye del agresor, aparentemente mucho mayor en tamaño y fiereza..
Creo que me embarga el pesimismo de perder aquello que me legaron, aquello que nos salva de la falta de las comodidades de las que disfrutamos..
Y lo que es peor, la indecisión, el no saber que hacer, si esperar e ir agotando las provisiones o lanzarme a vacío confiando en tener suerte..
El tener una idea no es suficiente, aun siendo una aparente buena idea. Tampoco ayuda reservar esa aparente buena idea para si mismo, pero que difícil es buscar apoyos, convencer, hacer seguidores de tu idea..
Máxime cuando miro a mi alrededor y veo tanta complejidad en todo. Que infantil es ahora mi idea.
Pero es que la idea me gusta..